PRESENTACIÓN


 



veces muchas personas no entienden determinadas cosas que son personales de cada cual y sienten que de alguna manera tienen que ver con ello y merecen una respuesta o una explicación al respecto, eso sucede con mi nombre, o mis nombres, a mas de muchos deja intrigados y hasta se han preguntado si eso no es ilegal y si no seré un mafioso huyendo de la justicia o sabe Dios cuantas cosas más, en realidad a veces se torna como toda una verdadera trama para una buena historieta o una película, durante mucho tiempo no le di importancia, pero empezaron a suceder contratiempos en mi vida, que me hicieron pensar diferente y a tener que estar explicando en muchas ocasiones el porqué de mis dos nombres, Emigdio y Miguel. El principal contratiempo que tuve con mis nombres fue en la escuela, cuando después de escribir Miguel, en un papel con el cual la maestra pasaba lista de asistencia, debía volver a decir presente, al ella preguntar si Emigdio, no había ido a clases, el aula casi se caía de la risa de los demás alumnos, pero a mí no me provocaba más bien fastidio aunque tampoco pudiera aguantar la risa. También alguna que otra suegra o novia me miraba desconfiado al ver que tenía dos nombres y pensaban que ocultaba algo, aunque esos incidentes me causaban molestias en aquellos tiempos de infancia y adolescencia, no fue si no ya mayorcito que sentí la necesidad de tener que explicar y aclarar con anticipación en determinadas ocasiones cual de mis nombres debía usar o usarse, ya me encontraba yo cobrando mis trabajos de caricaturas e historietas que hacía para determinadas editoriales y un día debía cobrar el pago de un libro, era una cantidad considerable pero el cobro era por medio de cheque y en un único banco designado para ello, me levante temprano para poder cobrar sin mucha espera aun así cuando llegue al banco era un mundo de gente para lo mismo, hice mi cola pacientemente hasta que llego mi turno, la empleada me pide el carnet de identidad (mi cédula), yo pensando en el dinerito y almorzar algo en cuanto saliera del banco, mientras veo que la empleada miraba el cheque y la cédula y después de unos minutos me dijo que no podía cobrar, sencillamente porque en el cheque aparecía como Miguel Ángel Díaz y en la cédula como Emigdio Díaz… Bueno, ese fue el detonante para que siempre me tomara el trabajo de explicar que nombre se debía usar o no y al mismo tiempo debía hacer la historia que originó mis dos nombres, ahora se las hago a ustedes, ya deben estar impacientes… En mi país Cuba, en la década del 60, cuando yo nací existía la costumbre de poner a los nacidos en determinado día, el nombre del santo que se veneraba ese fecha y como yo nací un 5 de Agosto de 1962 y mi madre que en paz descansa era aferrada a las tradiciones, me quiso poner Emigdio, pues el santo de ese día era San Emigdio, pero entro en conflicto con mi padre que era pintor y un fan admirador del pintor italiano, Miguel Ángel Buonarroti, arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia y siempre me quiso poner ese nombre, no se a que acuerdo llegaron mis padres, el caso es que se me quedaron ambos nombres, aunque en la cédula siempre estuvo Emigdio, todo el mundo me conocía y me llamaba por Miguel, como este nombre era más común, mas artístico, mas fácil de pronunciar, siempre cuando me preguntaban y aun lo hago, decía que me llamaba Miguel Ángel y esa es la historia, me quito un gran peso de encima, me siento liberado de culpa y fastidio acumulado durante tanto tiempo, espero que mis amigos y conocidos me hayan entendido y todo quede claro a cualquier duda sobre el porqué tengo dos nombres. Olvidé aclarar algo, que ademas de que la gran mayoría me conoce por Miguel Ángel Díaz Portillo, en el mundo artístico me dicen MAD, un compuesto con las iniciales de mi nombre.


 Recuerdo de mis padres, foto de su boda en La Habana, Diciembre 30 de 1954, ambos en paz descansen.

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